Evolución de las solicitudes de extensión (Borrador)
Cuando un proyecto entra al Sistema de Evaluación Ambiental (SEIA), no basta con entregar todos los antecedentes una sola vez. Es común que organismos del Estado y la ciudadanía pidan aclaraciones, rectificaciones o ampliaciones a la información presentada. Estas observaciones se consolidan en un documento llamado Informe Consolidado de Aclaraciones, Rectificaciones o Ampliaciones (ICSARA), cuya notificación suspende automáticamente el plazo de evaluación hasta que el titular responda mediante una Adenda.
Si el titular necesita más tiempo para responder, puede solicitar una extensión de la suspensión de plazos. Esta herramienta, regulada por el Reglamento del SEIA, permite hasta dos extensiones por cada Adenda, siempre que se soliciten dentro del plazo vigente. Si la solicitud es aprobada por la autoridad, la suspensión se mantiene activa hasta la nueva fecha establecida.
Este artículo revisa la evolución del uso de esta herramienta en los últimos 20 años.
Evolución del porcentaje de proyectos que solicitan extensión
En 15 de los 21 años analizados, más de la mitad de los proyectos de inversión han solicitado a través de su titular al menos una vez una solicitud de extensión de la suspensión de plazos.
Desde 2017, más del 60% de los proyectos solicita al menos una extensión, consolidando la herramienta como una práctica común.
En 2020 y 2022, el 78,9% de los proyectos recurrió a esta opción, marcando el punto más alto desde el inicio del sistema.
Años como 2010 y 2011 muestran caídas, con apenas 38% y 35% de proyectos solicitando extensiones.
En 2025, el porcentaje se reduce a 45,4%, nuevamente por tratarse de un año parcial.
promedio anual
En los últimos años, se ha vuelto más frecuente que los proyectos soliciten más de una extensión por proceso.
Entre 2020 y 2022, el promedio superó las 2 solicitudes por proyecto, alcanzando un peak de 2,2 en 2022.
En contraste, entre 2010 y 2012 los promedios cayeron por debajo de 1, marcando un periodo de menor uso de la herramienta.
El año 2025 muestra una baja (0,5), atribuible a que muchos proyectos aún están en fases iniciales de evaluación.
El caso más extremo se registra en 2005, en cuyo año se presentó un proyecto que solicitó 23 extensiones.
promedio anual por EIA-DIA
La evolución temporal de las solicitudes de extensión revela diferencias sistemáticas y consistentes entre proyectos EIA y DIA a lo largo de los últimos 20 años. Los proyectos EIA mantienen consistentemente porcentajes superiores de solicitudes de extensión, con una brecha promedio de aproximadamente 15-20 puntos porcentuales respecto a los DIA. Durante el período 2008-2009, los proyectos EIA alcanzaron sus picos históricos con 93% y 89% respectivamente, mientras que los DIA se mantuvieron en niveles más moderados de 60% y 61%. Esta diferencia estructural se mantiene incluso en los períodos de menor uso de la herramienta, como en 2010-2011, donde los EIA registraron 38% y 35%, comparado con niveles aún menores en DIA durante esos años.
El comportamiento temporal muestra patrones divergentes entre ambos tipos de proyectos, especialmente notable en períodos de alta actividad regulatoria. A partir de 2017, mientras los DIA muestran una tendencia más estable oscilando entre 59% y 67%, los proyectos EIA presentan mayor volatilidad, con variaciones significativas como el salto de 72% en 2020 a 87% en 2021, seguido de una estabilización en torno al 75-80% en años recientes. Los años 2022-2024 evidencian esta diferencia estructural con EIA manteniéndose entre 75-80%, mientras DIA se estabiliza alrededor del 78-79%, mostrando una convergencia parcial en el período más reciente.
La brecha más significativa se observa en los años de crisis o cambios regulatorios, donde los proyectos EIA muestran mayor sensibilidad a las condiciones del sistema de evaluación ambiental. El año 2025, aunque con datos parciales, sugiere una normalización con EIA en 48% y DIA en 60%, invirtiendo temporalmente el patrón histórico. Esta inversión podría reflejar cambios recientes en los procedimientos o en la composición de proyectos ingresados al sistema, consolidando la evidencia de que los proyectos EIA, por su mayor complejidad técnica, requieren ajustes más significativos en los plazos de evaluación para acomodar las realidades operativas del proceso de revisión ambiental.
Análisis de Intensidad de Solicitudes de Extensión: Diferencias entre EIA y DIA
El análisis del promedio de solicitudes de extensión por proyecto revela diferencias significativas en la intensidad del uso de esta herramienta entre proyectos EIA y DIA. Los proyectos EIA muestran una tendencia consistente hacia mayor número de solicitudes por proyecto, siendo particularmente notable durante los años 2008-2009, donde alcanzaron promedios de 4.4 y 4.7 solicitudes por proyecto respectivamente, mientras que los DIA se mantuvieron en niveles considerablemente menores de 1.7 y 1.6. Esta diferencia estructural refleja la mayor complejidad técnica y regulatoria de los estudios de impacto ambiental, que requieren múltiples iteraciones de respuesta a observaciones y, consecuentemente, múltiples extensiones de plazo para cada proceso de evaluación.
La evolución temporal muestra patrones diferenciados pero convergentes en años recientes. Durante el período 2010-2014, ambos tipos de proyectos experimentaron una reducción significativa en el promedio de solicitudes, con EIA oscilando entre 0.6 y 2.1, y DIA manteniéndose consistentemente por debajo de 1.5 solicitudes por proyecto. Sin embargo, a partir de 2018 se observa una tendencia creciente sostenida, donde los proyectos EIA alcanzan nuevamente promedios superiores a 3.0 solicitudes en 2020-2021 (3.3 y 3.7 respectivamente), mientras que los DIA muestran un crecimiento más moderado, llegando a un máximo de 2.2 en 2024. Esta convergencia parcial en años recientes sugiere una normalización en el uso intensivo de la herramienta, independientemente del tipo de proyecto.
La brecha más pronunciada entre ambos tipos se mantiene en los períodos de mayor actividad regulatoria, donde los proyectos EIA demuestran una mayor propensión a requerir múltiples extensiones por proceso. El año 2024 ejemplifica esta diferencia con EIA registrando 2.6 solicitudes promedio comparado con 2.2 de DIA, mientras que el año 2025, con datos parciales, muestra una reducción significativa para ambos tipos (0.5 EIA y 0.1 DIA). Esta diferencia sistemática confirma que los proyectos EIA, por su naturaleza más compleja y los mayores volúmenes de información técnica requerida, necesitan ajustes más frecuentes en sus cronogramas de evaluación, consolidando un patrón de uso intensivo de las extensiones de plazo como mecanismo operativo estándar en el sistema de evaluación ambiental.